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¿porque es tan importante?

In Uncategorized on julio 5, 2010 by Ing.Amanda Gomez

El marketing y la política.

A priori parecería inadecuado utilizar la palabra marketing, que supone
conceptos como mercado, producto, venta consumidor, beneficio, etc., a una
realidad como la política, que parece circular en otros rieles, o pertenecer a
otro universo de fenómenos. Sin embargo, sin querer violentar los
significados, podemos considerar ciertos aspectos centrales de la vida política
de los países, utilizando ideas análogas a las de la economía.

En principio podemos considerar a los partidos políticos como empresas y a
los políticos como empresarios. Los partidos pueden ser vistos como
empresas políticas que producen bienes políticos (ideologías, servicios
políticos, decisiones, etc.). Los productos políticos de partidos y candidatos
constituyen la oferta política de un país en un determinado momento. A esa
oferta se corresponde una demanda de la sociedad o del cuerpo electoral. Esa
demanda puede estar compuesta por necesidades de autoridad o de libertad,
de justicia o de eficacia, etc.

Las empresas políticas actúan en un mercado político donde intervienen las
ofertas y demandas políticas. Cada empresa política tiene una imagen y una
marca institucional. Socialistas o liberales, conservadores o democristianos.

Los electores pueden ser vistos como consumidores de bienes políticos. Un
candidato o un partido se «venderá» bien cuando la oferta política de ese
candidato o partido sea percibida por los electores como la que mejor
satisface la demanda política. Esta demanda siempre es compleja y,
normalmente, latente. Con un procedimiento de marketing se busca, mediante
el estudio detallado del electorado, conocer pormenorizadamente la demanda
política; con la comunicación política se busca que la oferta del candidato
satisfaga lo mejor posible esa demanda del electorado. Este procedimiento no
es, como podría percibirse y parafraseando a Lenin, «la demagogia más la
electricidad». La demanda social también pide ideas propias, honestidad,
confianza, competencia; por lo que una simple devolución, tipo boomerang, de
los deseos sociales no sería necesariamente lo más eficiente. La demagogia es
frecuente, con o sin medios refinados, y muchas veces gana, por
diferenciación, una propuesta creativa, basada en la demanda de renovación.

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